Por si alguna vez te preguntaste por el origen de esta arraigada tradición, aquí te lo contamos.
Cada año celebramos el aniversario de nuestro nacimiento y el de nuestros seres queridos. Pero ¿dónde nace esta tradición?
Estos festejos se remontan mucho tiempo atrás en la historia.
En la antigüedad, las costumbres de felicitar, dar regalos y hacer una fiesta tenían el propósito de proteger de los demonios a quien cumplía años, y de garantizar su seguridad durante el año entrante.
El cristianismo rechazó la celebración de cumpleaños por ser vista como una costumbre pagana. Se mantuvo así hasta el siglo IV d. C. cuando se empezó a difundir la fiesta de la Navidad como cumpleaños de Cristo, el 25 de diciembre en occidente y el 6 de enero en oriente. Esto hizo que, con el tiempo, también los cristianos festejaran sus propios cumpleaños. Actualmente, sólo los testigos de Jehová conservan la tradición cristiana antigua de no celebrar los cumpleaños.

La costumbre de las tortas con velas encendidas proviene de la antigua Grecia. Allí se realizaban ofrendas poniendo sobre los altares del templo de la diosa Artemisa tortas redondas, hechas con miel, que tenían velas encendidas. Los fieles soplaban las velas para que el humo ascendiera hasta la divinidad, momento en el cual se pedía un deseo. Otra de las tantas costumbres que llegaron a nuestra sociedad actual.
Hoy en día, los cumpleaños se celebran en casi todo el mundo, pero en Occidente mantienen una forma bastante homogénea: torta con velas, canto, regalos, fiesta con amigos o familia. La globalización y la cultura de consumo han reforzado la idea de que cada cumpleaños debe ser especial y memorable.
Al mismo tiempo, nuevas tendencias han transformado el festejo:
- Cumpleaños temáticos con decoración inspirada en películas, personajes o hobbies.
- Experiencias en lugar de objetos: viajes, escapadas, cenas exclusivas.
- Redes sociales que amplifican la felicitación colectiva y el sentido de pertenencia.
- Envio de tarjetas electrónicas por email y por whatsapp
La raíz, sin embargo, sigue siendo la misma: marcar en el calendario el ciclo de la vida, recordar que un año más ha pasado y que la existencia merece celebrarse.
De los faraones egipcios al “Kinderfeste” alemán, de las ofrendas a Artemisa a las velas en una torta de chocolate, la fiesta de cumpleaños es un mosaico cultural que une pasado y presente.