Algunos amigos te levantan el ánimo. Otros amigos saben remendar tu alma. Están aquellos que dan alas a tus sueños y color a tus días. Un amigo como tú da todo eso y mucho más.
Dios nos regaló a los amigos... para que estemos acompañados en buenos y malos momentos, para que tengamos con quién compartir sueños y recuerdos, para que nos sintamos aceptados tal como somos, para llenar nuestros días de alegría verdadera. Dios te bendiga por ser parte de mi vida!