Los amigos son rayos de sol cuando necesitamos abrigo. La luz de un faro cuando perdemos nuestro camino. No alcanzan las palabras para decirte cuánto vale para mí el regalo de tu amistad.
Dios nos regaló a los amigos... para que estemos acompañados en buenos y malos momentos, para que tengamos con quién compartir sueños y recuerdos, para que nos sintamos aceptados tal como somos, para llenar nuestros días de alegría verdadera. Dios te bendiga por ser parte de mi vida!