Dios nos regaló a los amigos... para que estemos acompañados en buenos y malos momentos, para que tengamos con quién compartir sueños y recuerdos, para que nos sintamos aceptados tal como somos, para llenar nuestros días de alegría verdadera. Dios te bendiga por ser parte de mi vida!
Si tienes un día gris, lo pintaré de sol. Si es alta la montaña, te ayudaré a trepar. Si no quieres hablar, te acompañaré en silencio. Y cuando quieras desahogarte, estaré escuchando. Para lo que puedas necesitar… sabes dónde encontrarme!